El camino de Santiago cuenta con un tramo que trascurre por la Terra Alta, ya que enlaza Tortosa y Batea, el camino de Santiago del Ebro, una de las rutas catalanas hacia Santiago de Galicia.
El camino de Santiago ha sido considerado «bien cultural» y reconocido como «primer gran itinerario europeo» por el Instituto Europeo de Itinerarios Culturales, vinculado al Consejo de Europa, y las ramas principales del camino han sido declaradas «Patrimonio de la Humanidad» por la Unesco. Una ruta señalizada que permite llegar a pie a los principales puntos de interés histórico del país.
El itinerario recuperado empieza en Tortosa con el histórico portal del Romeu, presidido por un Santiago peregrino, que testimonia la tradición jacobea de la ciudad del Ebro, y aprovecha la traza del antiguo ferrocarril de Tortosa en Alcañiz, hoy convertido en una Vía Verde que continúa hasta la Puebla de Híjar (Aragón). Agua arriba de Xerta la ruta se aparta del Ebro y pasa por lugares tan emblemáticos de la Terra Alta como el santuario de la Fontcalda, para continuar en dirección a Gandesa, Batea y Favara, ya en el Aragón, en medio de un paisaje mediterráneo excepcional, donde los bosques se alternan con las viñas y los olivos. El peregrino reencontrará el Ebro en Caspe (Aragón) y ya no lo abandonará hasta Logroño.
Además, el camino de Santiago está señalizado con banderines de color azul, el estándar en las señalizaciones jacobeas en todo Europa, junto con el símbolo de la concha. Algunos tramos de esta ruta también están señalizados con flechas amarillas, indicadoras de todos los caminos de Santiago. Estas marcas, las pintan los miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
La recuperación del Camino de Santiago de Galicia en Cataluña, reconocida por la integración de Cataluña al Consejo Jacobeo en 2009, integra el país en una gran ruta cultural europea, camino que en Cataluña acontece un nexo de unión entre el oriente y el occidente de la península Ibérica, entre Cataluña y Galicia, entre el Mediterráneo y el Atlántico. Una ruta que acontece, además, un referente mundial, tal como indica Josep Huguet y Biosca, Consejero de Innovación, Universidades y Empresa de la Generalitat de Cataluña.
La Terra Alta ofrece a la ruta una gran variedad de paisajes entre las llanuras, vertientes montañosas y los tradicionales cultivos de viña, olivo, almendros y avellanos. Es el caso de las sierras de Pàndols y de Cavalls (caballos), o la montaña de Santa Bàrbara y las Rocas de En Benet, en Horta de Sant Joan. Ejemplo de la riqueza forestal de esta zona son dos pinos gigantes, denominados Pimpoll de Arnes y Ramut, situados cerca de Miralles. Otro lugar que merece mención es el conjunto paisajístico, termal y religioso de la Fontcalda, entre Gandesa y Prat de Comte. El Parque Natural dels Ports (de los Puertos), en los municipios de Horta de Sant Joan, Prat de Comte y Arnes, a tocar de la ruta, que con 35.051 ha de extensión, es el segundo más grande y uno de los mejor conservados de Cataluña, y atañe a nueve municipios del Baix Ebre, el Montsià y la Terra Alta.
El camino de Santiago se puede hacer a pie, en bicicleta o a caballo. Para conocer más detalles sobre el itinerario, los tramos, consejos, equipaje y mucho más, os recomendamos consultar la Guía ‘El camino de Santiago, de Tortosa a Batea’ editada por la Agencia Catalana de Turismo y que encontraréis (aquí).
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